Créditos fotografía: The Royal Ballet(Royal Opera House)
Crystal Pite es una de las coreógrafas más reconocidas a nivel internacional. Multipremiada, son muchas las compañías que quieren trabajar con ella y ha coreografiado obras para compañías de renombre, entre ellas, dos de las más prominentes del mundo: el Ballet de la Ópera de París y el Royal Ballet de Londres.
La danza es una disciplina artística que busca sensibilizar a través de la música, los movimientos… Pero en el caso de Crystal Pite da un paso más porque ahonda en la condición humana con valentía y compasión, encontrando luz en la noche más oscura del alma. Esto se hace más evidente en su último trabajo, Flight Pattern, una obra creada para el mismísimo Royal Ballet en la que trata el tema de la migración y la crisis de refugiados. ¿Cómo se afronta haber dejado atrás una vida pero todavía no haber comenzado otra?, se pregunta.
Lejos de acomodarse, de cumplir, Pite coge una temática social de primera magnitud y le da el enorme altavoz del escenario del Royal. Quería evocar una etapa en el viaje de estas personas, que es un estado de limbo, haber dejado una situación imposible y a la vez no haber entrado a la siguiente faceta de su vida. Y lo consigue. Su cuerpo de baile hace llegar las olas a las que se enfrentan los refugiados en su viaje en el mar, el dolor por la separación, la angustia por no conocer el lugar de destino y si se podrá llegar a él.
Flight Pattern es una creación desgarradora, lo trágicamente obvio dignificado por su sensibilidad. Hay escenas grupales que representan a las multitudes de personas que salen de sus casas en busca de un futuro, y hay escenas más íntimas que recogen historias de personas concretas, como en la que la bailarina Kristen McNally acuna su abrigo, como si fuera un bebé perdido.
Flight Pattern trasciende, no sólo por sus movimientos o por recoger un tema universal que en los últimos años ha tenido una mayor presencia en Europa, que ha enfrentado a la sociedad entre los que buscan ayudar a los refugiados y en los que quieren darles la espalda. Lo hace porque coge al espectador y le zarandea diciéndole esto es lo que viven, sufren y padecen, fomentando la creación de empatía ante la crisis humanitaria. Además, por si fuera poco, Crystal Pite se ha convertido con esta obra en la primera mujer que hace un trabajo principal para el Royal Ballet en 18 años.
La cultura y en este caso la danza, cumplen con una importante labor social: no sólo se trata de entretener, divertir, hacer disfrutar… La cultura tiene una obligación a la hora de trasladar dramas sociales haciéndolos llegar al público. Por solidaridad, por empatía, o simplemente por contarlos.
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